En ese largo espacio de tiempo el género humano fue evolucionando
hasta asumir sus características actuales, físicas e intelectuales.
Para abordar esta etapa se trabaja únicamente con fuentes materiales, testimonios que han quedado de la existencia y actividad de los remotos antecesores del hombre: restos fósiles, utensilios, armas, vestigios de viviendas, campamentos, etc.
La Prehistoria abarca un período que va desde la aparición de los primeros “homínidos” hasta el desarrollo de la escritura. Por consiguiente, es el más extenso de nuestro pasado, con varios millones de años de duración.
Es a su vez, la etapa menos conocida ya que los datos que se manejan son poco seguros y se encuentran en permanente revisión. Suele ocurrir que los nuevos hallazgos obligan a modificar los datos anteriores y desarrollar nuevas teorías.
Para abordar esta etapa se trabaja únicamente con fuentes materiales, testimonios que han quedado de la existencia y actividad de los remotos antecesores del hombre: restos fósiles, utensilios, armas, vestigios de viviendas, campamentos, etc.
La Prehistoria abarca un período que va desde la aparición de los primeros “homínidos” hasta el desarrollo de la escritura. Por consiguiente, es el más extenso de nuestro pasado, con varios millones de años de duración.
Es a su vez, la etapa menos conocida ya que los datos que se manejan son poco seguros y se encuentran en permanente revisión. Suele ocurrir que los nuevos hallazgos obligan a modificar los datos anteriores y desarrollar nuevas teorías.
Las etapas de la Prehistoria
La Prehistoria ha sido dividida en eras, siendo las más remotas la Azoica y la Arqueozoica, que se remontan a la formación de la Tierra, su enfriamiento, la formación de los océanos y continentes y la aparición de los primeros organismos vivientes, una etapa que se remonta a 4.600 millones de años y finaliza 900 millones de años antes de nuestro tiempo. Comprende un solo período, el Precámbrico cuyos vestigios minerales han sido hallados en África, Australia, Brasil, Canadá y la Antártida. En sus océanos se constituyeron las primeras bacterias y algas que contribuyeron a la generación de oxígeno que vertieron a la atmósfera en formación, durante millones de años.
A la Arqueozoica le siguió la Era Paleozoica o Primaria dividida en período Cámbrico (600 a 500 millones de años), el Ordovicio (500 a 440 millones de años), el Silúrico (440 a 400 millones de años), el Devónico (400 a 350 millones de años), el Carbonífero (350 a 270 millones de años) y el Pérmico (270 a 225 millones de años). En esta era, los animales y vegetales eran acuáticos y hacia finales de la misma conenzaron a poblar la superficie. En el período Cámbrico se desarrollaron las primeras algas y crustáceos, en el Ordovicio las medusas y los corales, en el Silúrico peces cartilaginosos y los primeros esbozos de plantas terrestres, en el Devónico aparecen los anfibios y surgen bosques de coníferas, en el Carboníferos el mundo se cubre con grandes florestas y en el Pérmico aparecen los reptiles.
La Era Mesozoica o Secundaria comienza hace unos 225 millones de años y se divide en tres períodos: el Triásico (225 a 180 millones de años), el Jurásico (180 a 135 millones de años) y el Cretáceo (135 a 70 millones de años). Es la era de los grandes reptiles destacando en el Triásico los terrestres, acuáticos y aéreos; los dinosaurios y los primeros mamíferos en el Jurásico y la extinción de todos ellos en el Cretáceo.
En la era Cenozoica o Terciaria se produce la gran difusión de mamíferos sobre todo el planeta, dividiéndosela en cuatro períodos, el primero de los cuales fue el Eoceno (70 a 40 millones de años) en el que aparecen los primates; el Oligoceno (40 a 25 millones de años), en el que dominan la Tierra los grandes mamíferos (mamuts, mastodontes, gliptodontes), el Mioceno (25 a 12 millones de años) en el que los mamíferos se difunden ampliamente y el Plioceno (12 a 3 millones de años) cuando aparecen los primeros simios.
Por último, en la Era Neozoica o Cuaternaria es quizás la más significativa desde el punto de vista histórico ya que en ella aparece el hombre. Dividida en período Pleistoceno (3 millones a 10 mil años) tiempo de las grandes glaciaciones y del Australopiteco y en período Oleoceno (10 mil años a esta parte) cuando evoluciona el Homo Habilis y aparece el Homo Sapiens, es una etapa de grandes sucesos en el ámbito antropológico.
La Prehistoria ha sido dividida en eras, siendo las más remotas la Azoica y la Arqueozoica, que se remontan a la formación de la Tierra, su enfriamiento, la formación de los océanos y continentes y la aparición de los primeros organismos vivientes, una etapa que se remonta a 4.600 millones de años y finaliza 900 millones de años antes de nuestro tiempo. Comprende un solo período, el Precámbrico cuyos vestigios minerales han sido hallados en África, Australia, Brasil, Canadá y la Antártida. En sus océanos se constituyeron las primeras bacterias y algas que contribuyeron a la generación de oxígeno que vertieron a la atmósfera en formación, durante millones de años.
A la Arqueozoica le siguió la Era Paleozoica o Primaria dividida en período Cámbrico (600 a 500 millones de años), el Ordovicio (500 a 440 millones de años), el Silúrico (440 a 400 millones de años), el Devónico (400 a 350 millones de años), el Carbonífero (350 a 270 millones de años) y el Pérmico (270 a 225 millones de años). En esta era, los animales y vegetales eran acuáticos y hacia finales de la misma conenzaron a poblar la superficie. En el período Cámbrico se desarrollaron las primeras algas y crustáceos, en el Ordovicio las medusas y los corales, en el Silúrico peces cartilaginosos y los primeros esbozos de plantas terrestres, en el Devónico aparecen los anfibios y surgen bosques de coníferas, en el Carboníferos el mundo se cubre con grandes florestas y en el Pérmico aparecen los reptiles.
La Era Mesozoica o Secundaria comienza hace unos 225 millones de años y se divide en tres períodos: el Triásico (225 a 180 millones de años), el Jurásico (180 a 135 millones de años) y el Cretáceo (135 a 70 millones de años). Es la era de los grandes reptiles destacando en el Triásico los terrestres, acuáticos y aéreos; los dinosaurios y los primeros mamíferos en el Jurásico y la extinción de todos ellos en el Cretáceo.
En la era Cenozoica o Terciaria se produce la gran difusión de mamíferos sobre todo el planeta, dividiéndosela en cuatro períodos, el primero de los cuales fue el Eoceno (70 a 40 millones de años) en el que aparecen los primates; el Oligoceno (40 a 25 millones de años), en el que dominan la Tierra los grandes mamíferos (mamuts, mastodontes, gliptodontes), el Mioceno (25 a 12 millones de años) en el que los mamíferos se difunden ampliamente y el Plioceno (12 a 3 millones de años) cuando aparecen los primeros simios.
Por último, en la Era Neozoica o Cuaternaria es quizás la más significativa desde el punto de vista histórico ya que en ella aparece el hombre. Dividida en período Pleistoceno (3 millones a 10 mil años) tiempo de las grandes glaciaciones y del Australopiteco y en período Oleoceno (10 mil años a esta parte) cuando evoluciona el Homo Habilis y aparece el Homo Sapiens, es una etapa de grandes sucesos en el ámbito antropológico.
Del “homínido” al Homo Sapiens
El hombre es la más reciente de las formas de vida superior que pueblan la Tierra. La antigüedad de la vida sobre nuestro planeta ha sido calculada en 3.500 millones de años en tanto, la de los homínidos más antiguos, entre 3 y 4 millones.
El hombre es la más reciente de las formas de vida superior que pueblan la Tierra. La antigüedad de la vida sobre nuestro planeta ha sido calculada en 3.500 millones de años en tanto, la de los homínidos más antiguos, entre 3 y 4 millones.
El Australopiteco
La existencia de individuos con características humanoides, los denominados “homínidos”, muy semejantes a antropoides simios, ha dejado sus huellas desde hace varios millones de años. Hay rastros de ellos impresos en las cenizas volcánicas de Tanzania, descubiertas en 1976, de individuos que ya caminaban erguidos hace casi 4 millones de años.
Los científicos denominaron “Australopitecus” a una especie muy primitiva descubierta en África en 1950 qu presenta esas características. Otros especimenes fueron hallados en 1959, destacando una capacidad craneana mucho más evolucionada y una conformación de sus manos mucho más similar a la del hombre actual. Junto a sus restos, aparecieron elementos de muy elemental manufactura, razón por la cual se denominó a esa especie, “Homo Habilis”.
El “Homo Erectus” que vivió hace un millón quinientos mil años; el “Hombre de Java”, cuyos restos fueron descubiertos en 1891 y el “Hombre de Pekín”, hallado en 1921fueron los primeros “Pitecantropus Erectus” (pitecántropos) y se caracterizaron por trabajar la piedra y conocer el fuego,
La elaboración de herramientas le dio al hombre supremacía sobre el resto de los animales, supliendo con ellas su debilidad y la carencia de garras que los hacía prácticamente indefensos.
La existencia de individuos con características humanoides, los denominados “homínidos”, muy semejantes a antropoides simios, ha dejado sus huellas desde hace varios millones de años. Hay rastros de ellos impresos en las cenizas volcánicas de Tanzania, descubiertas en 1976, de individuos que ya caminaban erguidos hace casi 4 millones de años.
Los científicos denominaron “Australopitecus” a una especie muy primitiva descubierta en África en 1950 qu presenta esas características. Otros especimenes fueron hallados en 1959, destacando una capacidad craneana mucho más evolucionada y una conformación de sus manos mucho más similar a la del hombre actual. Junto a sus restos, aparecieron elementos de muy elemental manufactura, razón por la cual se denominó a esa especie, “Homo Habilis”.
El “Homo Erectus” que vivió hace un millón quinientos mil años; el “Hombre de Java”, cuyos restos fueron descubiertos en 1891 y el “Hombre de Pekín”, hallado en 1921fueron los primeros “Pitecantropus Erectus” (pitecántropos) y se caracterizaron por trabajar la piedra y conocer el fuego,
La elaboración de herramientas le dio al hombre supremacía sobre el resto de los animales, supliendo con ellas su debilidad y la carencia de garras que los hacía prácticamente indefensos.
El Homo Sapiens
Hace aproximadamente cien mil años apareció el Hombre de Neardenthal, cuyos restos fueron descubiertos en la localidad alemana de ese nombre en 1856. Este individuo, mucho más evolucionado que los anteriores, tenía cráneo ancho, frente fuertemente inclinada hacia atrás, escaso mentón, 1,60 metros de estatura y contextura robusta.
El Hombre de Neardenthal se diseminó por toda Europa, gran parte de África y Asia; dominó el fuego, trabajó el cuero y se cubrió con las pieles de los animales que cazaba. Practicó la vida nómade y acostumbraba enterrar a sus muertos (inhumaciones).
Los científicos consideran al Neardenthal un verdadero hombre, razón por la cual lo llamaron “Homo Sapiens” Su dominio se extendió hasta el año 40.000 a.c. cuando desapareció repentinamente dando paso a un ser superior, el Cro Magnon, descubierto en 1869, en las inmediaciones de la aldea francesa del mismo nombre.
El Cro Magnon, bautizado por los antropólogos Homo Sapiens Sapiens, semejaba en todo al hombre actual. Poseía una frente ampliamente desarrollada, gran capacidad craneana, mandíbula robusta y mentón saliente. Hábil cazador y constructor de armas y herramientas, fue el gran protagonista de la Edad de Piedra y se extendió por toda la faz de la Tierra desplazando a los neardenthalenses.
Hace aproximadamente cien mil años apareció el Hombre de Neardenthal, cuyos restos fueron descubiertos en la localidad alemana de ese nombre en 1856. Este individuo, mucho más evolucionado que los anteriores, tenía cráneo ancho, frente fuertemente inclinada hacia atrás, escaso mentón, 1,60 metros de estatura y contextura robusta.
El Hombre de Neardenthal se diseminó por toda Europa, gran parte de África y Asia; dominó el fuego, trabajó el cuero y se cubrió con las pieles de los animales que cazaba. Practicó la vida nómade y acostumbraba enterrar a sus muertos (inhumaciones).
Los científicos consideran al Neardenthal un verdadero hombre, razón por la cual lo llamaron “Homo Sapiens” Su dominio se extendió hasta el año 40.000 a.c. cuando desapareció repentinamente dando paso a un ser superior, el Cro Magnon, descubierto en 1869, en las inmediaciones de la aldea francesa del mismo nombre.
El Cro Magnon, bautizado por los antropólogos Homo Sapiens Sapiens, semejaba en todo al hombre actual. Poseía una frente ampliamente desarrollada, gran capacidad craneana, mandíbula robusta y mentón saliente. Hábil cazador y constructor de armas y herramientas, fue el gran protagonista de la Edad de Piedra y se extendió por toda la faz de la Tierra desplazando a los neardenthalenses.
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