El marxismo, Mariátegui y el movimiento femenino
I.
EL PROBLEMA FEMENINO Y EL MARXISMO
El problema femenino es una cuestión importante para la lucha popular. Y su importancia es hoy mayor porque se intensifican acciones tendientes a la movilización de las mujeres; movilización necesaria y fructífera desde la posición de la clase obrera y al servicio de las masas populares, pero que impulsada por y en beneficio de las clases explotadoras actúa como elemento de divisionismo y freno de la lucha popular.
En este nuevo período de politización de las masas femeninas en el cual nos desenvolvemos, teniendo como base una mayor participación económica de las mujeres en el país, es indispensable prestar seria atención al problema femenino en tanto estudio e investigación, incorporación política y consecuente labor organizativa. Tarea que plantea tener presente la gran tesis de Mariátegui que enseña : "LAS MUJERES COMO LOS HOMBRES SON REACCIONARIAS, CENTRISTAS O REVOLUCIONARIAS, NO PUEDEN, POR CONSIGUIENTE , COMBATIR JUNTAS LA MISMA BATALLA. EN EL ACTUAL PANORAMA HUMANO LA CLASE DIFERENCIA A LOS INDIVIDUOS MAS QUE EL SEXO". Así, desde el comienzo, la necesidad de una comprensión científica del problema femenino exige partir incuestionablemente de la Concepción de la clase obrera, del marxismo.
1. La teoría de la mujer como "naturaleza femenina deficitaria"
A lo largo de los siglos las clases explotadoras han sostenido e impuesto la pseudo teoría de la "naturaleza femenina deficitaria", que ha servido para justificar la opresión que hasta hoy experimentan las mujeres en las sociedades en que la explotación, sigue imperando.
Así, la alabanza de los judíos: "Bendito sea Dios, nuestro Señor y Señor de todos los mundos, por no haberme hecho mujer" y el conformismo de las judías que rezan: "Bendito sea el Señor que me ha creado según su voluntad", expresan claramente el menosprecio del mundo antiguo por la condición de la mujer. Estas ideas también predominaron en el esclavismo griego; el famoso Pitágoras decía: "Hay un principio bueno que ha creado el orden, la luz y el hombre y un principio malo que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer"; y hasta el gran filósofo Aristóteles sentenció: "La hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades", y "El carácter de las mujeres padece de un defecto natural".