Nació el 3 de febrero de 1795 en Cumaná (Venezuela).
Huérfano de madre desde los siete años de edad. Fue educado
en Caracas, destacando en materias de ingeniería militar geometría,
fortificación y artillería.
A la edad de quince años se unió a la lucha por la
independencia de Venezuela, a partir del 19 de abril de 1810.
Pasó de ser subteniente de infantería en julio de 1810 a
general en jefe en febrero de 1825. Sirvió como subteniente del Cuerpo de los Nobles
Húsares del rey Fernando VII, en Cumaná.
El 12 de julio de 1810 pasó a las Milicias Regladas de
Infantería, y un mes después fue nombrado por la Junta Suprema de Caracas
subteniente del Cuerpo de Ingenieros. Fue nombrado comandante del Cuerpo de
Ingenieros de Margarita, cargo que dejaría para participar en la campaña de
Francisco de Miranda contra los realistas alzados en Valencia.
El 13 de enero de 1813 el general Santiago Mariño invadió el
oriente venezolano desde la isla de Chacachacare, por lo que se unió a su
ejército y recibió el grado de capitán. Un año más tarde, Mariño le nombró su
edecán, hasta que emigró a Cartagena de Indias al perderse la segunda República
en 1814.
Permaneció en Trinidad unos seis meses, y el 1 de diciembre
de 1816 obtuvo el grado de coronel de Infantería. En febrero de 1817 Mariño le
nombró comandante general de la provincia de Cumaná. Simón Bolívar le designó
gobernador de la Vieja Guayana y comandante general del Bajo Orinoco (19 de
septiembre de 1817); y en octubre le mandó reducir al general Mariño, su anterior
jefe, a la obediencia al gobierno. Consiguió restablecer la autoridad del
Libertador entre los jefes orientales.
Cuando Nueva Granada consiguió la libertad y la República de
la Gran Colombia fue creada, Bolívar firmó con el general español Pablo Morillo
un armisticio así como un Tratado de Regularización de la Guerra (26 de
noviembre de 1820), redactado por Sucre.
Fue mandado a Colombia donde asumió la dirección de la
guerra como jefe de las Fuerzas Auxiliares de Colombia, ya que los realistas
intentaban desde Quito y Cuenca recuperar Guayaquil. Triunfó en Yaguachi (19 de
mayo de 1821); fue derrotado en Huachi (12 de septiembre), y llegó victorioso a
Cuenca (21 de febrero de 1822); Cuando se dirigía hacia Quito venció en
Pichincha (24 de mayo), dando libertad al actual territorio ecuatoriano.
Con el cargo de intendente de Quito Sucre estrenó también el
ascenso a general de división. La batalla de Junín (6 de agosto de 1824) le
abrió el camino hacia el Perú, que había solicitado la intervención de Bolívar.
Intervino pronto en Lima, organizando la campaña contra los realistas del Perú,
pero el Congreso le retiró las facultades para dirigir la guerra en el Sur, por
lo que acabó dejando el mando en las manos de Sucre. El 9 de diciembre de 1824
el general cumanés venció en Ayacucho sobre las tropas realistas al mando del
virrey La Serna, que durante 14 años habían permanecido invictas en el Perú.
Con esta batalla quedaba libre la América del Sur.
Sucre consiguió el título de Gran Mariscal de Ayacucho y el
grado de General en Jefe. Convocó una asamblea en Chuquisaca que decidió la
independencia del Alto Perú el 6 de agosto de 1825, recibiendo el nombre de
República de Bolivia.
Fue el primer presidente de esta nueva nación desde el 28 de
octubre de 1826, y a los dos años renunció para retirarse a la vida privada y
reunirse en Quito con Mariana Carcelén, marquesa de Solanda, con quien se había
casado por poderes (20 de abril de 1828).
El 20 de enero de 1830 presidió el último Congreso de la
Gran Colombia. Tras relatar ante éste el fracaso de su gestión en la frontera
venezolana, salió de Bogotá camino de Quito. En una emboscada en la montaña de
Berruecos (La Unión, Nariño), Sucre fue asesinado el 4 de junio de 1830.
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