Héroe de la independencia
brasileña. Considerado su primer gran mártir, nació en una hacienda de
Pombal, distrito de São João del Rey, en la región minera de Minas
Gerais en 1746 y fue ejecutado el 21 de abril de 1792 en Río de Janeiro.
José Joaquín da Silva Xavier, "Tiradentes" |
Se
desconoce el día y el mes que Joaquim José da Silva Xavier nació, pero
su bautismo tuvo lugar el 12 de noviembre de 1746. Fue el cuarto hijo de
Domingo da Silva Santos de origen portugués, que vino a Brasil
estableciéndose en Pombal, y de Antonia da Encarnação Xavier, una
brasileña natural de Matriz de São José. Tuvo tres hermanos y tres
hermanas. No fue una familia de gran fortuna pero tuvieron los medios
suficientes para vivir. Tiradentes recibió de su madre las primeras
letras, y dejó ver su gran interés por la lectura. Fue su hermano mayor,
Domingo, quien llegaría a ser sacerdote, el que realmente lo educó. En
1755 murió su madre y dos años después falleció su padre, quedando
huérfano con tan solo 11 años. Fue criado entonces por su padrino,
Sebastião Ferreira Dantas. De él, que era cirujano, aprendió nociones
prácticas de medicina y odontología.
Ejerció luego como médico y
dentista, mostrando mucha habilidad en arrancar y colocar los dientes
que él mismo hacia. De ahí le vino el sobrenombre de "Tiradentes".
Trabajó también, sobre todo de joven, de comerciante, llevando su
mercancía por las ciudades más pobladas.
En 1780 se alistó como
soldado y al año siguiente, con poco más de 30 años, consiguió una plaza
en el Regimiento de Caballería en la Compañía de los Dragoes de Vila
Rica, siendo nombrado por la reina Maria I,
jefe de patrulla del Caminho Novo, que era la ruta utilizada para
transportar el oro y los diamantes extraídos de la jurisdicción de Minas
Gerais a Río de Janeiro. Su misión consistió en la vigilancia y
protección de esta mercancía contra ladrones y asesinos. Su graduación
nunca subió del rango de alférez.
Persona amante de su patria, de gran
inquietud y con verdadero afán de saber y descubrir, supo aprovechar el
haber tomado contacto con innumerables y diferentes personas, con las
que se relacionó a través de sus trabajos. Poco a poco surgió en él un
gran interés por los filósofos ilustrados, como Charles Louis De Secondat Montesquieu, Voltaire y Jean Jacques Rousseau,
Además, le influyeron las ideas de los padres de la revolución de los
Estados Unidos contra Gran Bretaña, y acabó pensando en aplciar
soluciones parecidas para los problemas de Minas Gerais y en general de
Brasil.
Ya en la primera mitad del siglo XVIII, la sociedad
brasileña comenzaba a experimentar algunos cambios. Se hacían nuevos
medios de comunicación, caminos que favorecían la exportación, ferias
comerciales en Minas Gerais y São Paulo. Al mismo tiempo, la represión
colonial aumentaba, y aparecían nuevas leyes sobre los derechos de la
corona en la explotación de oro y diamantes. En esta atmósfera comienza a
germinar la nueva idea de nacionalidad. Mientras las ciudades crecían,
el sentido de la autonomía cobraba fuerza entre los colonos. Se acercaba
el momento de que Brasil lograra su independencia del dominio
portugués.
Fue un grupo de hombres ilustrados de Vila Rica los que
empezaron a planear una conspiración. Fue iniciada por un conjunto de
poetas de la ciudad, Claudio Manuel da Costa, Tomas Antonio Gonzaga
e Ignacio de Alvarenga Peixoto, y a ellos se unieron otros
intelectuales, como Domingos Vidal Barbosa, médico y el joven José
Alvares Maciel, además de otros colonos y propietarios. Siendo oficial
de caballería, Tiradentes, idealista y soñador, no dudó en añadirse a
ellos. Las reuniones pro-independistas comenzaron. Así fue como se formó
la “Inconfidencia Mineira”.
En 1789, el distrito de Minas Gerais
adeudaba a la Corona el importe correspondiente a los últimos siete
años, en concepto de impuestos. Muchos de los colonos y propietarios no
podían hacer frente a esa cantidad, la producción de oro y diamantes no
había sido suficiente. La metrópoli estaba dispuesta a cobrar por
cualquier medio y decretó que ésta, se haría por el método de la
"derrama", es decir, la ejecución judicial y confiscación de los bienes
de quienes no estuvieran en condiciones de pagar. En julio de 1788 y
para hacerla cumplir, llegó a Minas Gerais un nuevo gobernador, Luis
Antonio Furtado de Mendoça, Vizconde de Barbacena.
La protesta
surgió de inmediato, y el descontento por esta contribución impuesta por
el gobierno acabó por producir revueltas. Mientras, la conspiración fue
tomando cada vez más fuerza, y se le agregaron también clérigos y
militares. La participación de Tiradentes, hombre valiente, de
inteligencia rápida, don de palabra y con nobles ideales, se hizo cada
vez más representativa, aunque fue casi uno de los últimos que se unió a
ella. El grupo decidió aprovechar el momento del lanzamiento de la
derrama para actuar, ya que el rechazo y la insatisfacción reinante ante
este impuesto les ayudaría provocando un levantamiento para lograr sus
verdaderos objetivos: conseguir la independencia de Brasil del dominio
portugués y formar una gran nación republicana, contemplando en ella, la
abolición de la esclavitud, la creación de una universidad y la
implantación de leyes justas y modernas.
Tiradentes nunca escondió su patriotismo, como muestra esta afirmación que hizo al ayudante de artillería Nunes Cardoso: "Esta
terra há de ser um dia maior que a Nova Inglaterra! Mas as suas
riquezas só as poderemos alcaçar no dia em que nos libertarmos do jugo
dos portugueses para sermos os senhores da terra que é nossa".
La conspiración, sin embargo, no se llevó a cabo pues fue
descubierta por el coronel Joaquim Silveiro dos Reis, que se hizo pasar
por compañero, pero les traicionó denunciándolos en marzo de 1789 al
gobernador. Tiradentes, que se encontraba en Río de Janeiro, quiso huir y
al no poder hacerlo se escondió, pero finalmente fue detenido en una
casa de la rua dos Latoeiros. Al mismo tiempo, se arrestó un gran número
de conspiradores en Minas Gerais. Casi todos, permanecieron en Río
encarcelados los tres años que duró el proceso de investigación. Al
principio Tiradentes lo negó todo pero luego se atribuyó la dirección de
la conspiración, teniendo que hacer verdaderos esfuerzos para no
comprometer a sus compañeros. La sentencia fue leída el 18 de abril de
1792, en ella, se le condenó a muerte bajo los cargos de rebeldía y
conspiración. Tres días más tarde fue ejecutado en la horca en una zona
denominada Largo da Lampagosa, en Río de Janeiro, hoy Plaza de
Tiradentes. También se ordenó que después de muerto su cabeza fuera
cortada y expuesta en un poste en el lugar más público de Vila Rica
hasta que el tiempo la consumiera y su cuerpo fuera dividido en cuatro
cuartos colocados en palos y distribuidos a lo largo del camino de
Minas, en el sitio de Varginha e das Cebolas, también hasta que el
tiempo los consumiera. Además, el veredicto le declaró “infame” a él, a
sus hijos y a sus nietos, y ordenó arrasar la casa donde vivía en Vila
Rica, impidiendo que nada se construyera en su lugar. Todos sus bienes
fueron confiscados.
Las demás personas envueltas en la
conspiración fueron absueltas, contándoles el tiempo transcurrido en la
cárcel y otras fueron exiliadas a Angola. Solo a él se le condenó a
muerte.
Tiradentes no se llegó a casar, pero si tuvo dos hijos
naturales, una niña que se llamó Joaquina y que contaba con pocos años
cuando el fue ejecutado y un varón que tuvo con Doña Eugenia Joaquina da
Silva, que lo escondió y cambió su nombre por el de Joâo de Almeida
Beltrão, librándolo así de que se cumpliera en él la sentencia recibida
por su padre.
Apenas 29 años después, el 21 de septiembre de 1821,
el gobierno provisional de la capitanía de Vila Rica en la primera
Junta de Gobierno Provisional de Minas Girais, decretó la demolición del
monumento al “padrão de infàmia” levantado en 1792 en el lugar donde
Tiradentes tuvo su residencia, devolviéndole así su dignidad y
reconociéndole como héroe y a la “Inconfidencia Mineira” como movimiento
justo y patriótico. Sus palabras expresaron su pensamiento y su sentir:
"Se todos quisessem, poderíamos fazer do Brasil uma grande Nação".
En 1892, la ciudad de São José del Rei fue rebautizada con el
nombre de Tiradentes. Vila Rica es, hoy día, la ciudad de Ouro Preto. El
3 de febrero de 1832, el Consejo General de Minas Gerais propuso una
ley ordenando la devolución de los bienes embargados a los confinados.
Tiradentes fue reconocido y proclamado "patrono cívico" de la nación
brasileña el 9 de diciembre de 1965 y el 21 de abril, fecha de su
ejecución, quedó como fiesta nacional en su memoria.
Bibliografía
-
TENENBAUM, Leon: (Buenos Aires 1965)
-
NUNES, Antonio de Padua: Tiradentes, (São Paulo, 1971)
-
PINTO, G. Hercules: A vida de Tiradentes (Rio de Janeiro, 1962)
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=silva-xavier-jose-joaquin-da
No hay comentarios.:
Publicar un comentario