Muchos hemos escuchado hablar sobre “La Globalización”, algunos saben y otros desconocen de
La Globalización va a trascender esta primera visión, y el desarrollo de las tecnologías y el mercado mundial, configurará un nuevo mundo que hará común en muchas partes, ciertos elementos culturales (comida, vestimenta, cultura, forma de pensar) creando cierta homogenización cultural, una unificación de la manera de entender el mundo, imponiendo la idea de que se estaba “globalizando el mundo”.
Atilio Boron afirma que “… lo que
hoy llamamos globalización es un fenómeno de muy antigua data. Tal como lo
plantean Samir Amin, Paul Bairoch, Aldo Ferrer e Immanuel Wallerstein entre
otros, su edad es tan antigua como la del capitalismo: casi cinco siglos.”
Otros autores indican que este
fenómeno comienza desde el mismo momento de la aparición de las civilizaciones
urbanas, hace, aproximadamente, más de 6.000 años atrás, lo que indicaría que
los grupos humanos siempre han tenido cierta tendencia a globalizarse, es
decir, a difundir ciertos elementos culturales, imponiéndose a otros pueblos, los
que a su vez se convertirían en receptores y multiplicadores culturales.
La globalización sería entonces
la tendencia contraria al aislamiento cultural, es la relación que se establece
entre personas, pueblos, ciudades, culturas y países, en los que se comparten
elementos culturales que enriquecen el desarrollo humano.
Las civilizaciones más antiguas,
las de Asía, habrían establecido contacto con otros pueblos más hacia el
occidente, por lo que, muchos elementos culturales de estas lejanas culturas
(escritura, matemática, astronomía, trigo, caballo, barcos, cobre, hierro,
pirámides, etc.), se vieron presentes en los pueblos del oriente medio;
Acadios, sumerios, babilonios, persas, hititas, quienes a su vez, través del contacto con otras latitudes dejaron
muchos rastros en las civilizaciones que aparecen en África (Egipto, Zimbabue)
o en el Mediterráneo (Fenicia, Asia menor, Grecia, Macedonia, Roma), todo
producto del contacto que se establecía con el comercio y las migraciones
humanas, esto indicaría que no es un fenómeno nuevo, sino que es inherente a la
actividad del ser humano, ya que ninguna cultura se desarrolla desde cero, sino
que necesita de los avances y conocimientos que se van transmitiendo los
pueblos, al pasar de los años y siglos.
En el desarrollo histórico de Europa,
los viajes de exploración del siglo XV, serán un proceso con una tendencia
necesaria globalizadora, donde se interrelacionarán, por primera vez en la
historia, las culturas de los distintos continentes del mundo (América, África,
Asia, Europa), moviéndose de un lugar a otro, diversos elementos materiales y culturales,
que se conocerán en lugares remotos gracias a estos viajes, que por otros medios
hubiesen sido mucho más complejo y lento. Se dio inicio así a la primera fase
del capitalismo, el mercantilismo, que generaría los recursos necesarios para
su posterior desarrollo.
La globalización trajo evidentes
beneficios, pero también inconvenientes que se manifestarán a nivel mundial; pobreza, exclusión, el poco desarrollo económico de
ciertos países (subdesarrollo), la contaminación y por regla general, las
guerras necesarias para garantizar las condiciones óptimas a los países que obtenían
los privilegios de un mercado mundial cada vez más globalizado, en detrimento
de una evidente mayoría que solo veía cómo se expoliaban sus diversos recursos
y no recibían nada o poco a cambio.
Ejemplo de esto lo encontramos en
países de Asia, África y América, en donde no han podido superar la hegemonía y
homologación cultural y económica, que va imponiéndose en detrimento de la
población de estas regiones.
A partir del siglo XX, este
fenómeno se hizo más evidente ya que el planeta estaba interconectado comunicacional
comercial y tecnológicamente, siendo imposible concebir un país aislado de todo
este proceso que estaba afectado a todo el mundo.
La globalización se había
convertido en un proceso impuesto de homogeneización, donde las culturas
existentes, esas diversidades que caracterizaban la historia del mundo, se
estaban volviendo una, solo existía una manera de ver y entender el mundo y su
realidad. El “pensamiento único” se imponía cada vez más evidentemente, ya que
se apreciaba que solo una región o país se estaba globalizando, eran los
Estados Unidos de Norteamérica por sobre las otras regiones, que podían ser
consideradas, también, zonas desarrolladas con su propia intención
globalizadora.
“Occidente” se convirtió, no solo
en referencia geográfica sino también, en la única visión cultural y
tecnológica válida para el mundo, todo se veía a través de la visión occidental-judeo-cristiana,
las otras culturas no estaban bien vistas o se convirtieron, de la noche a la
mañana, en ideas fundamentalistas o atrasadas que debían ser cambiadas o arrasadas,
“Oriente” era sinónimo de extraño y ajeno al mundo. Los medios de comunicación,
las nuevas tecnologías, el cine, la música, la literatura, la comida y su
manera de comer, la vestimenta y su manera de vestir, se convirtieron en las
herramientas que van “borrando fronteras, culturas, idiomas”, para instalar como
único, lo que se produce en el centro hegemónico.
Este modo de ver y hacer el mundo
conlleva a la aparición de “contraculturas” o movimientos “antiglobalización”
que pueden ser percibidos como corrientes “peligrosas que buscan atentar contra
lo normalmente establecido”, los fundamentalismos se hacen reales y peligrosos
cuando son de “otros”.
La globalización, en resumen, no se inicia en el siglo XX sino muchísimo antes; aunque su alcance y
Denny José Ortuño Fenández - Sociólogo
Wilmer Ortuño - Historiador
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