El origen indígena del nombre
El nombre **Venezuela** ha sido objeto de debate
historiográfico desde el siglo XVI. La versión tradicional sostiene que Américo
Vespucio, al observar las viviendas palafíticas de los indígenas en el Golfo de
Coquivacoa durante la expedición de 1499, las comparó con Venecia y denominó la
región *Venezziola* o “Pequeña Venecia”. Sin embargo, investigaciones
posteriores han cuestionado esta explicación, **aseverando su origen indígena y
antiguo**.
El filólogo **Ángel Rosenblat (1956)** fue el primero en plantear con rigor que el nombre podría derivar de un topónimo indígena ya existente, recogido por los cronistas tempranos. Esta hipótesis fue retomada y ampliada por **Ramón Hernández Villoria (1991)**, **quien demostró, con fuentes originales, al igual que Rosenblat, que el nombre de Venezuela tiene raíces indígenas preexistentes**, vinculadas a la geografía local y a la denominación de asentamientos ribereños.
La verificación de Fernández de Enciso (1519)
La obra *Suma de Geographia que trata de todas las
partidas e provincias del mundo, en especial de las Indias, e trata largamente
del arte del marear, juntamente con la espera en romance, con el regimiento del
sol e del norte*, publicada en Sevilla en 1519 por **Martín Fernández de
Enciso**, constituye la primera fuente impresa que menciona explícitamente el
nombre *Veneciuela*. Enciso, testigo presencial de las exploraciones en Tierra
Firme, describe:
> “…cerca de la tierra está una piedra grande que es llana encima della. Y encima della está un lugar o casas de indios que se llama Veneciuela…” (Fernández de Enciso, 1519, fol. h iij).
Es importante señalar que **Américo Vespucio nunca afirmó que aquellas construcciones indígenas fueran literalmente “Venecia” ni que por ello las llamaría así**, sino que las comparó con la ciudad italiana, utilizando el recurso del **“como”** para expresar semejanza. En su relato del viaje de 1499, Vespucio escribe: *“…las casas estaban edificadas en la mar, como en Venecia…”* (Vespucio, 1504/2012, p. 221).
Esta diferencia es crucial, pues muestra que el nombre no surgió de una imposición directa europea, sino de una observación comparativa que luego se entrelazó con un topónimo indígena ya existente, tal como lo confirma Enciso en su relato. De este modo, la evidencia documental refuerza la tesis de Rosenblat y Villoria sobre el origen autóctono del término, y matiza la interpretación tradicional que atribuía exclusivamente a Vespucio la creación del nombre.
La institucionalización del nombre: Provincia de Venezuela (1529)
El proceso de consolidación del nombre se vincula
con la **Real Cédula de Carlos V de 1529**, mediante la cual se creó la
**Provincia de Venezuela**, entregada en concesión a los banqueros alemanes
Welser. Este acto jurídico no solo oficializó el uso del nombre, sino que lo
convirtió en categoría administrativa, reafirmando la identidad territorial de
la región dentro del marco imperial español.
Es importante subrayar que, aunque los Welser obtuvieron la concesión y ejercieron funciones de gobierno y explotación económica, **Venezuela nunca fue una colonia alemana, sino española**. Como señala Lucena Salmoral (1992), *“la provincia de Venezuela fue siempre parte integrante de la monarquía hispánica; la concesión a los Welser no alteró su condición de territorio español, pues la soberanía permaneció en la Corona”*.
De este modo, la institucionalización del nombre en 1529 reafirmó la pertenencia de Venezuela al mundo hispánico, al tiempo que consolidaba una identidad regional que se proyectaría en los siglos siguientes.
La Capitanía General de Venezuela (1777)
La identidad regional se fortaleció aún más con la
creación de la **Capitanía General de Venezuela en 1777**, que **unificó las
provincias de Caracas, Cumaná, Guayana, Maracaibo, Margarita y Trinidad** bajo
una sola autoridad político-administrativa.
Este hecho consolidó el gentilicio “venezolano”. Aunque los habitantes europeos de esta región eran evidentemente españoles y se reconocían como **“españoles americanos”**, los pobladores de esta jurisdicción comenzaron también a llamarse o autodenominarse **“venezolanos”**, reforzando así una identidad diferenciada dentro del mundo colonial hispano.
Finalmente, tras la disolución de la Gran
Colombia, en **1830 se proclamó la República de Venezuela**, heredando las
fronteras establecidas desde la Capitanía General de 1777, **donde la
Constitución de 1830, sancionada en Valencia el 22 de septiembre de ese año,
confirmaba esta continuidad territorial al establecer en su artículo 5 que:
*“El territorio de Venezuela comprende el que antes se llamaba Capitanía
General de Venezuela”* (Constitución de Venezuela, 1830/1960, p. 7).**
Este acto reafirmó la continuidad histórica del nombre y la identidad regional, transformando un término indígena recogido en el siglo XVI en el símbolo político de una nación independiente. El **gentilicio venezolano**, que ya se había consolidado en el período colonial, no solo se reafirmó en la nueva república, sino que se dio a conocer en toda América como sinónimo de un pueblo aguerrido e indomable, dispuesto a dar su sangre para liberar a otros pueblos de la colonización.
Al mismo tiempo, los venezolanos se proyectaron como un pueblo ilustre que llevó las luces de la educación y la cultura, con figuras como **Andrés Bello**, quien en Chile fue senador de la República, codificador del *Código Civil* y primer rector de la Universidad de Chile, y **Simón Rodríguez**, maestro de Bolívar y reformador educativo en Venezuela, Bolivia y Perú, donde ejerció como Director de Educación Pública y promotor de proyectos pedagógicos populares. Ambos dejaron su simiente en las naciones que contribuyeron a liberar, consolidando la imagen de Venezuela como un pueblo que no solo luchó por la independencia, sino que también difundió la cultura y la educación en el continente.
Referencias
- Constitución de Venezuela. (1830/1960). *Constituciones de Venezuela*. Caracas: Congreso Nacional.
- Fernández de Enciso, M. (1519). *Suma de
Geographia que trata de todas las partidas e provincias del mundo, en especial
de las Indias, e trata largamente del arte del marear, juntamente con la espera
en romance, con el regimiento del sol e del norte*. Sevilla: Jacobo
Cromberger.
- Rosenblat, Á. (1956). *El nombre de Venezuela*.
Caracas: Universidad Central de Venezuela.
- Villoria, R. H. (1991). *El nombre de Venezuela:
origen y significado*. Caracas: Academia Nacional de la Historia.
- Vespucio, A. (1504/2012). *Lettera a Soderini*.
En F. Rodríguez González (Ed.), *Estudios de lingüística española. Homenaje a
Manuel Seco* (p. 221). Alicante: Universidad de Alicante.
- Real Cédula de Carlos V. (1529). Archivo General
de Indias, Sevilla.
- Lucena Salmoral, M. (1992). *Historia de la
Capitanía General de Venezuela*. Madrid: Mapfre.
- Carrera Damas, G. (1980). *Historia de la nación
venezolana*. Caracas: Academia Nacional de la Historia.
- Memoria Chilena. (s.f.). *Andrés Bello López
(1781–1865)*. Recuperado de https://www.memoriachilena.gob.cl
- Universidad de Chile. (s.f.). *Bello en Chile*.
Recuperado de https://uchile.cl
- Biografías y Vidas. (s.f.). *Simón Rodríguez*.
Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com
- Venezuela Tuya. (s.f.). *Simón Rodríguez*.
Recuperado de https://www.venezuelatuya.com


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