Por: Teresa Sosa
Clara Eissner (después Zetkin) nació el 5 de julio de 1857 en Wiederau, Alemania. De los 17 a los 21
años cursa estudios de magisterio; ella provenía de un hogar cuyo padre
era maestro rural. En su período de estudiante entra en contacto con
jóvenes del Partido Socialdemócrata alemán y un grupo de emigrados
rusos, entre los cuales se halla el revolucionario Ossip Zetkin, quien
después sería su esposo.
La trayectoria y relevancia de Clara Zetkin ha resultado en lo
documental fragmentaria y difícil de sintetizar en una sola valoración;
las referencias sobre ella, están esparcidas y a menudo son poco
indicativas; hecho agravante es la escasez de ediciones de sus escritos.
Zetkin ha permanecido olvidada durante mucho tiempo; su actividad
política, estrechamente vinculada con los grandes acontecimientos de
los cuales fue una de sus protagonistas, queda soterrada en ellos, dado
lo que ha quedado oculto de su historia.
El
nombre de Clara Zetkin a lo largo de los años es noticia sólo el 8 de
Marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, por su vinculación
con el origen de esta conmemoración; sin embargo, es oportuno señalar,
que en 1910 en el II Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas,
ella lo que propuso fue que se celebrara anualmente una jornada
internacional de la mujer trabajadora; aquella mujer que desde finales
del siglo XIX había comenzado a ser una obrera
en la fábrica capitalista de Europa y Estados Unidos que requería de su
fuerza de trabajo (pero que la emplea como obrera en condiciones de
extrema explotación y discriminadas con respecto al hombre obrero). Las
mujeres son traídas a las fábricas dado el incremento de la producción
por las nuevas innovaciones científicas- tecnológicas, producto de lo
que se ha llamado la Segunda Revolución Industrial, que tiene como ícono
representativo a la Torre Eiffel, París, que abrió la puerta de la
famosa ‘Exposición Internacional de París de 1889’.
Concatenado con lo antes mencionado, porque se hace necesario no
descontextualizar al personaje histórico que es Clara Zetkin de la
época en que se extiende su vida y el período en que ella actuó -por lo
menos su período central que abarca desde 1880 hasta 1924-, está que
Zetkin actúa en el ámbito público, en primer lugar, no sola, sino que
ella forma parte del movimiento
de mujeres de Alemania y de Europa, que en esa época ya era muy
vigoroso luchando por el derecho al voto de las mujeres; y en segundo
lugar, que tanto ella como sus compañeras de luchas, actúan bajo el
impacto y formando parte de las fuerzas sociales de su época; en el
contexto de las amplias y profundas alteraciones en la estructura del
sistema capitalista de ese momento, en donde el capitalismo de libre
concurrencia da paso al capitalismo monopólico, y comienza a cobrar fuerza
el imperialismo, con sus agudizaciones y contradicciones, lo que
provoca tensiones violentas entre la clase obrera (hombres y mujeres) y
los capitalistas.
La activista de izquierda
En 1882 Clara Eissner se traslada a París, donde se casa con Ossip
Zetkin, a partir de este momento ella adopta el apellido de su esposo.
En París se vincula con dirigentes del ala marxista del movimiento
obrero francés. La II Internacional Socialista se celebra en París en
1889, año de la Exposición Universal. Clara Zetkin contribuyó de forma
notable a los trabajos preparatorios del Congreso de fundación con
numerosos artículos como corresponsal del órgano de prensa de la
socialdemocracia alemana, ‘El socialdemócrata’, y en calidad de delegada de las mujeres socialistas de Berlín.
El informe de Zetkin en el Congreso de 1889 representa su primera
intervención importante en la escena internacional del movimiento
obrero y el inicio de la actividad que desarrolla durante su vida, es
decir, la organización internacional del movimiento de la mujer
proletaria. Ese mismo año muere su esposo Ossip Zetkin, con quien había
tenido dos hijos.
En
1891, Zetkin, se convierte en redactora del órgano de prensa de la
Organización Femenina Socialdemócrata alemana, ‘Die Gleichheis’
(‘Igualdad’), publicación que deberá abandonar en 1917 por no seguir
Zetkin la “línea política del partido”, pero a partir de noviembre de
1917 continúa con su trabajo de divulgación política a favor de la
mujer, comienza a colaborar con el suplemento femenino “Leipziger
Volkszeitung” de Leipzig. Los años de ‘Die Gleichheis’ son un importante
testimonio del periodismo militante de Zetkin, especialmente por
reflejar a través de su escritura los problemas que la galopante
industrialización planteaba a la vida familiar de la mujer, a la
educación de los hijos, a la escuela.
En 1893 Zetkin vuelve a Alemania. La tarea de organizar el
movimiento de mujeres socialdemócrata, se convierte para ella en un
trabajo arduo. La legislación que regía, no sólo no reconocía el derecho
del voto de las mujeres sino que prohibía su participación en
organizaciones y asambleas políticas.
En octubre de 1896, en el Congreso de Gotha, Zetkin desarrolla su
primer trabajo importante sobre la cuestión femenina. Propone la
adopción de un sistema de delegados del partido para la organización
política de las mujeres en los distintos centros regionales.
En
el Congreso de Stuttgart, celebrado en 1907, Zetkin ataca duramente al
partido austríaco, en el seno de la comisión para el derecho de voto,
acusándolo de haber interrumpido la propaganda por el derecho de voto de
la mujer.
En el encuentro de Copenhague, 1910, Zetkin propone la celebración de una jornada internacional de la mujer trabajadora.
La cuestión femenina
Durante toda su vida Clara Zetkin se ocupó de la cuestión femenina;
empieza cuando bajo la guía de Friedrich Engels había aprendido los
principios de la lucha de clases. En este aspecto principal, la
actividad específica de Zetkin no sólo los estudiosos de la historia en
general le han prestado tan poca atención que la han liquidado en pocas
palabras, sino que también el mismo movimiento feminista lo ha hecho, a
pesar su contribución a las raíces históricas del movimiento feminista.
A
partir de marzo de 1915 con la fundación del Partido Comunista alemán,
Zetkin incluye la cuestión femenina dentro de la cuestión social; para
ella la condición de la mujer coincide con la condición general del
proletariado. Situándola en el seno de la cuestión social, ella postula
que la emancipación de la mujer proletaria “es una lucha que va unida a
la del hombre de su clase contra la clase de los capitalistas”. El
objetivo es la conquista del poder político por parte del proletariado.
De ello, se deduce que los aspectos específicos de la opresión de la
mujer en Zetkin, quedan al margen del activismo socialista, cuya tarea
no puede ser la de apartar a la mujer proletaria de sus deberes de madre
y de esposa, por el contrario, la lucha debe conseguir que las mujeres
puedan desarrollar su misión mejor de lo que han podido hacerlo hasta
ahora, y ello en interés de la emancipación del proletariado; en suma,
una mujer que continúa siendo un ser de segunda clase, ya que su mejor
condición en el seno de la familia sólo va dirigida a reforzar el
proletariado y su entrega a la lucha revolucionaria.
Esta concepción de la mujer proletaria ya se observa en la Zetkin del
primer período y en su actividad como dirigente de la organización
femenina socialdemócrata y como redactora hasta 1917, como ya dijimos,
del órgano de prensa socialdemocrata femenino “Die Gleichheis”.
Clara Zetkin al desplazarse de manera radical hacia la izquierda,
olvida o no mira, hacia el problema específico de la condición femenina,
en el medio de la cual está el dominio patriarcal de la sociedad y la
desigualdad, signada por la cultura, de la mujer con respecto al hombre.
En efecto, si se niega o si se incurre en la ceguera sectaria de no
mirar que algo existe en común entre las mujeres de los distintos
estratos sociales en cuanto a su pertenencia al género mujer, no puede
haber una alianza entre ellas.
Pero
en el planteamiento de Zetkin encontramos una observación de gran
valor, ella había visto -y en ello consiste su importante
contribución- que la cuestión femenina presenta diferentes
características según sea la situación de clase de los distintos grupos
sociales. En ese sentido, fue una visionaria desde la praxis política.
Clara Zetkin se exilia en Rusia en 1933 cuando Hitler toma el
poder. Mas tarde en ese país es nombrada presidenta de la Junta
Internacional de Mujeres; poco después del hecho muere. Tenía 76 años de
edad.
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