jueves, 3 de diciembre de 2009

Galeano: Las venas abiertas de América Latina


Hay libros que son ventanas, que son puertas, rendijas siempre abiertas. Hay libros a los que es necesario volver una y otra vez, para recuperar el rumbo y sobre todo, para no desmemoriarse. De esos es precisamente, Las venas abiertas de América Latina. Publicado en su primera edición en 1971, narra el porqué del hambre, la miseria, la esperanza y las luchas de esta geografía sembrada de cantos y de sangre.
Interesante, porque representa una inflexión en la historia, que un Presidente en cuyo rostro reverbera toda la mezcla de sueños y de pueblos de aquí y de más allá, le haya regalado precisamente este libro a un Presidente negro, un Presidente estadounidense. Por eso, y aunque ya se ha hablado bastante de uno de los libros más leídos de Eduardo Galeano (Montevideo, Uruguay, 1940), sobre todo después del obsequio, aprovechamos la oportunidad para hablar de él, como quién cuenta la historia de nuestras historias.
Todo esto que somos, este enredo de idiomas, sones, guerras, hambres, pasiones, miserias y a eces también victorias, se entrecruzan en este libro y nos deja asomarnos a lo que fue y a lo que necesariamente será.
Las venas abiertas de América Latina narra la historia de los vencidos, de esta América tan poco nuestra, que ha estado casi siempre al servicio de los poco que mucho tienen, por eso es que no ha perdido vigencia y por eso mismo, hay que volver a él cada vez que olvidemos de dónde venimos y hacia dónde queremos ir.
“Para quienes conciben la historia como una competencia, el atraso y la miseria de América Latina no son otra cosa que el resultado de su fracaso. Perdimos; otros ganaron. Pero ocurre que quienes ganaron, ganaron gracias a que nosotros perdimos: la historia del subdesarrollo de América Latina integra, como se ha dicho, la historia del desarrollo del capitalismo mundial”.Desde las páginas de Las venas abiertas de América Latina, Galeano acusa al sistema capitalista, opresor por naturaleza, de ser el responsable del atraso y la miseria latinoamericana. Es un libro para abrir los ojos, para encontrarse y encontrarnos, para sabernos compañeras y compañeros en la lucha por las libertades, las individuales y sobre todo, las colectivas.
Tal vez más que nunca o por lo menos más que antes, los pueblos de esta tierra saqueada y hambreada durante centurias andan en busca de un nuevo orden socioeconómico, ahora cuando es precisamente el sistema capitalista el que cayendo sobre sus propios pueblos ha demostrado ser, incluso para el norte desarrollado, inviable.
“Para que el imperialismo norteamericano pueda, hoy día, integrar para reinar en América Latina, fue necesario que ayer el Imperio británico contribuyera a dividirnos con los mismos fines. Un archipiélago de países, desconectados entre sí, nació como consecuencia de la frustración de nuestra unidad nacional”.
Memoria del tiempo que vivimos, Las venas abiertas es un libro que dice, que sigue diciendo, que lo hará siempre. Porque el presente es la oportunidad que tenemos, como pueblos, de gritar los dolores para parir el mañana, para hacerlo nacer con justicia, con libertad, con respeto, y sobre todo con y desde la solidaridad. Este libro, escrito desde el amor, hace nacer desde lo más profundo todos los llantos que se nos han ido sumando desde hace más de quinientos años, lleva también entre sus pliegues la risa, esa que despierta en el ALBA de nuestros días.
“Toda memoria es subversiva”, dice Galeano, y así es.

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